Este evento tiene lugar todos los años durante la vendimia, los tres últimos domingos de octubre. Todo el pueblo se pone en pie cuando los numerosos artesanos de la región - entre 100 y 150 puestos se extienden a lo largo de la calle principal de Collobriéres- presentan sus productos y su saber hacer.

Las cofradías de la cereza, de la castaña o del higo desfilan por las callejuelas con trajes históricos, seguidas por bandas de música y grupos de baile. En la plaza del mercado, grupos folclóricos interpretan danzas tradicionales de los campesinos moriscos.

Las castañas se asan en sartenes de hierro fundido sobre brasas ardientes, cuyo aroma inunda todo el pueblo. Y el museo local utiliza máquinas históricas para mostrar cómo se convertía este fruto otoñal en una deliciosa pasta para untar.

Los alrededores del pueblo también merecen una visita: los Maures, densos bosques y fértiles colinas, ya estaban habitados por los celtas, como demuestra el menhir de Saint-Guillaume. La Chartreuse de la Verne bien merece una visita: el monasterio fortificado, rodeado de enormes muros de protección y contención, fue fundado en 1170 por el obispo de Tolón.