Construido entre los siglos XIII y XVI, el castillo de Óbidos es uno de los mejor conservados de Portugal.
A la sombra de sus poderosas murallas, la ciudad, que se liberó de la dominación árabe en 1148, organiza en primavera una fiesta del chocolate que dura varios días.

Chefs, pasteleros y chocolateros vienen de toda Europa para demostrar la versatilidad del grano de cacao, que no sólo destaca en los postres, sino también como acompañamiento de platos de carne o como extravagante cóctel.

Los niños también pueden participar en espectáculos de cocina. Y talleres sobre el cacao y el chocolate. Los visitantes podrán elaborar exquisitos pralinés y petits fours de chocolate bajo la dirección de expertos.
O pasear por los puestos de venta de todo el mundo.

Un mercado de pescado espera a los clientes; al lado, los agricultores ponen a la venta frutas y verduras.
Hay esculturas y réplicas de monumentos y animales portugueses para admirar.

Uno de los momentos culminantes es la ceremonia de entrega del premio al mejor chocolatero del país, elegido por un jurado internacional de expertos.
Además, malabaristas, músicos y artistas de cabaret entretienen al público durante el festival.