Incluso los romanos preparaban deliciosos guisos con lamprea. Y este vertebrado, portador de branquias, era antaño tan popular entre los parisinos que viajaban al encuentro de los comerciantes del suroeste y compraban la mercancía de sus carros.

Hoy en día, estos deliciosos fósiles - las lampreas existen en la Tierra desde hace unos 500 millones de años - son especialmente populares en Galicia y Portugal, donde se comen empanadas, estofadas, a la parrilla o a la Arbo: cocidas en vino blanco y su propia sangre.

Arbo, situada a orillas del río Miño, es la capital secreta de la lamprea y uno de los seis municipios de la ruta de la lamprea.
A finales de abril, la localidad fronteriza gallega celebra su fiesta de la lamprea, con música tradicional, numerosos puestos de degustación y vinos locales.