En la segunda quincena de septiembre, Binissalem, en el interior de Mallorca, acoge una fiesta del vino. El acto comienza con la tradicional lucha de uvas:
Cientos de visitantes, en su mayoría jóvenes, se lanzan unos a otros toneladas de fruta madura, que ya no se utiliza para la producción de vino.

La música y los bailes tradicionales, el pisado (de competición) de la uva para hacer mosto y un gran desfile con carrozas decoradas festivamente son otros puntos del programa del evento.
Sólo se puede participar en el Sopar al la fresca por invitación de un lugareño, y degustar especialidades mallorquinas en una gran mesa en el centro de la ciudad.