De junio a octubre se celebran innumerables mercados del ajo en el suroeste de Francia. Cada fin de semana, productores y comerciantes se reúnen en un pueblo, Uzés (24 de junio), Sauzet (último domingo de julio), Hyéres (24 de agosto) o Piolenc (último fin de semana de agosto), en una plaza del mercado y ofrecen sus bulbos, a menudo trenzados en bonitas trenzas.
Merece la pena visitar el mercado de Lautrec el primer viernes y sábado de agosto, ya que es entonces cuando el pueblo celebra con una fiesta el inicio de la nueva temporada de comercialización de su Ail Rosé, conocido mucho más allá de las fronteras del municipio.

El ajo rosa de Lautrec no sólo es bonito a la vista, sino que también se considera especialmente sabroso, almacenable y sano. Su calidad procede de las laderas arcillosas y calcáreas del Tarn, donde se cultivan los bulbos.
Y de las estrictas normas que deben cumplir los productores para que sus bulbos lleven la indicación geográfica protegida por la UE "Ajo Rosa de Lautrec". Los 300 agricultores del distrito cosechan cada año unas 4.000 toneladas de sus campos, el diez por ciento de la producción total de Francia. La fiesta comienza a las 8.00 h con la apertura de los puestos. Los concursos comienzan a las 10h:

El premio a la escultura de ajo más bella y la competición por el manojo de ajos más largo, la manouille. De seis a ocho cultivadores en equipo atan ajo con ajo hasta que, al cabo de tres horas, se crea una trenza de un metro de longitud.
En 2009, la longitud total fue de 22,29 metros. El valor de las ventas se dona después a una causa benéfica. A la hora del almuerzo, los visitantes reciben una comida gratis: Sopa de ajo, la especialidad local, que se sirve en enormes calderos. Y una copa de rosado. Por la noche, se sirve cassoulet y se baila.