Si los monjes del cercano monasterio de Denkendorf criaron la "Spitzkohl". O si se trata de un fenómeno de la naturaleza: En cualquier caso, la col puntiaguda de Filder, con sus delicadas hojas de color verde amarillento y su forma cónica, es una especialidad botánica y culinaria.
Jugosa, suave y de sabor más delicado que su prima más gruesa, la col blanca, la Filderkraut se ha hecho un hueco desde hace tiempo en la alta cocina.

En Leinfelden-Echterdingen, los habitantes celebran a finales de octubre su col, que lleva siglos creciendo en el fértil suelo de loess de la región de Filder.
Durante tres días, todo en la comunidad al sur de Stuttgart gira en torno a la col de Filder: en el campeonato mundial de corte de col, en el de troceado de coles, en el que hay que sostener una cabeza el mayor tiempo posible con el brazo extendido. O en el moderno pentatlón de la col.

El filderkraut también desempeña un papel culinario protagonista. Se podrá degustar chucrut, rollos de col, empanadillas rellenas de col y Echterdinger Deie, un pastel de col elaborado según una antigua receta.
Las ciudades de Raesfeld, Dithmarschen y Vecsés, en Hungría, también presentarán sus especialidades regionales.

El festival también incluye el Spitzkraut Classics, un desfile de coches antiguos, Lanz Bulldogs y vehículos históricos de ruedas altas. El vehículo motorizado más antiguo recibe un trofeo de la Krautfest.
En la Zehntscheuer podrá ver cómo se cultivaba la col y se transformaba en chucrut. Las tiendas de la ciudad invitan a un domingo de puertas abiertas y bandas de música, rock, pop y música latina tocan todo el día en uno de los muchos escenarios.