Durante siglos, la farina bona, una harina de maíz tostado molida muy fina, alimentó a los habitantes del valle de Onsernone, en el cantón del Tesino.
Pero con el cambio de hábitos alimentarios tras la guerra y el cierre del último molino del valle, el antiguo alimento cotidiano cayó en el olvido.

La Fiesta de la Farina Bóna, la fiesta del maíz de Onserone, recuerda la tradición e invita a los visitantes a degustar diversos platos como las bolas de farina bóna, el pan plano y la chersción, un tipo de polenta, a mediados de septiembre.
Las bodegas locales también abren sus puertas y hay un programa para niños.

A las afueras del pueblo, por encima de una espectacular cascada, se encuentra uno de los 27 molinos que datan del siglo XVIII, donde aún se muele el maíz para obtener harina de polenta y farina bóna.
El imponente edificio es un testimonio vivo de la tradición molinera del valle y puede visitarse durante el festival.