Xynisteri, Mavro, Maratheftiko y Ophalmo: en Chipre se cultivan unas 15 uvas autóctonas. La isla cuenta con más de 5.000 años de cultura vitivinícola y, con su clima soleado y sus suelos, reúne buenas condiciones para los vinos finos.
El centro de producción es la ciudad de Limassol y sus alrededores, donde se encuentran numerosas bodegas.

A principios de otoño, la ciudad portuaria acoge una gran fiesta del vino. Los viticultores de la región presentan al público sus vinos, que se pueden degustar junto con especialidades de la isla como el palouze o el shoushouko.

También hay un colorido programa cultural en tres escenarios: actúan grupos de danza y teatro, se toca música folclórica chipriota y griega, así como rembetiko, música clásica y latina. Y los sábados y domingos hay teatro de marionetas para los niños.

Los fines de semana, el ayuntamiento ha organizado autobuses lanzadera que llevan gratuitamente a los visitantes de Nicosia, Larnaca, Ayia Napa y Pafos a Limasol y viceversa.
Otro servicio de autobús llega hasta Erimi, a sólo doce kilómetros. Hay un museo del vino con un lagar medieval, cuyo funcionamiento se describe detalladamente en paneles informativos.