La meca de los amantes del queso: cada dos años, unos 60.000 visitantes se agolpan en las calles adornadas con flores del casco antiguo de este municipio de 7.500 habitantes situado en el límite del bosque de Teutoburgo.
En el Mercado Alemán del Queso, 70 queserías de toda Europa presentan sus productos, elaborados exclusivamente a mano en pequeñas fábricas: Parmesano del Lago Mayor, queso de leche cruda del Jura o queso de Nieheim.

El pequeño redondo de cuajada de leche agria baja en grasa se sigue elaborando a mano hoy en día, igual que antaño: La cuajada seca, sólo ligeramente ácida, se muele o bate finamente y, tras madurar de tres a cinco días, se transforma en queso de mano con sal, semillas de alcaravea y agua.
En 2010, el queso Nieheim fue protegido en toda la UE como IGP (Indicación Geográfica Protegida). E incluido en el Arca del Sabor por la sección alemana de Slow Food.

La teoría va de la mano de la práctica de la degustación de quesos: el cercano museo del queso muestra antiguas cocinas queseras y explica en exposiciones y películas cómo se elabora una gran variedad de quesos de distintas catas a partir de simple leche. Viticultores y comerciantes de vino de las regiones de Mosel, Nahe y Reinhessen ofrecen las bebidas adecuadas en el mercado.