Bodega Somos bei Barbastro

A los pies de los Pirineos: la ruta del vino del Somontanoo

Alrededor de la pequeña ciudad de Barbastro, en un altiplano a los pies de los Pirineos, se encuentra la comarca vinícola del Somontano. Un clima continental suave, con mucho sol y poca lluvia, produce los vinos más distinguidos de Aragón, como le convencerá una visita a una de las 15 bodegas de la ruta del vino.
Por ejemplo, la Bodega Somos, un edificio vanguardista diseñado por el arquitecto español Jesús Marino Pascual. Además de los viticultores, los visitantes son recibidos por tiendas de delicatessen, bares de tapas y restaurantes, hoteles boutique y centros de bienestar. Y en Barbastro le espera un espectacular museo interactivo del vino. Mejor época para visitarla: principios de agosto, durante la fiesta del vino.

A pie, en coche o en bicicleta: por la ruta de la nuez del Périgord

Lo que los olivos son para la Provenza, las nueces lo son para el Périgord: por todas partes, en esta encantadora región del suroeste de Francia, se pueden encontrar nogales al borde de la carretera o en los jardines. Durante siglos, sus frutos han sido un producto importante, fuente de vitaminas, grasas y minerales y base de un aceite precioso.
La Ruta de la Nuez del Périgord le llevará por un paisaje encantador para descubrir productores de nueces, molinos de aceite, nogales, restaurantes y destilerías, así como pueblos medievales como Sarlat y Souillac, que figuran entre los más bellos de Francia. También podrá visitar un museo de la nuez instalado en una almazara histórica.

A pie: Ruta de los viñedos de Chablais

A los pies de los Alpes de Vaud, la región vitícola de Chablais, de 590 hectáreas, alberga numerosos tesoros naturales y culturales. La ruta de los viñedos ofrece la oportunidad de descubrir algunas de sus bodegas y lugares de interés.
Desde Yvorne, pasando por Aigle y Bex, un sendero de 23,7 km conduce a Lavey-les-Bains, con sus famosas termas, entre viñedos en terrazas y bodegas donde los viticultores ofrecen sus crus para degustar. Hay muchas paradas en el camino. Merece la pena visitar las minas de sal de Bex o el castillo de Aigle. La fortaleza del siglo XII está muy bien conservada y alberga un museo de la viticultura.