Templo de Baco: las rutas del vino de Rioja Alavesa

Dólmenes de principios de la Edad de Piedra. Bodegas de vanguardia, obra de arquitectos de fama mundial como Frank Gehry y Santiago Calatrava. Pero también olivares centenarios y grandiosas sierras: Rioja Alavesa rebosa paisaje y cultura.
La región es también una de las mejores zonas vinícolas de Europa: Marqués de Riscal, López de Heredia y Baigorri son las estrellas del panorama. Alrededor de 12.000 personas viven en los 300 kilómetros cuadrados de la región, que alberga más de 300 bodegas. 55 de ellas pueden visitarse en la Ruta del Vino Rioja Alavesa

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A la caza del tesoro: la ruta de la trufa de Var

Provenza: aceite de oliva, lavanda, los frutos del verano... pero también trufas. El departamento de Var alberga algunas de las mejores trufas, que recogen de la tierra unos 300 truficultores. Aquí, una ruta de la trufa conduce a lo largo de casi 100 kilómetros a los lugares de producción, las charcuterías, los mercados de la trufa y los restaurantes especializados en este tubérculo.
La ruta, que une Vidabaun, a orillas del río Argens, con Les Salles, merece la pena sobre todo en invierno: Cuando los agricultores salen al campo con sus perros en busca de trufas y éstas cambian de manos en los mercados por valor de varios miles de euros. La capital del culto a la trufa es Aups. Allí también se celebra un gran festival en enero.

Campo de arroz en la Albufera, cerca de Valencia

A la cuna de la paella: la ruta del arroz por la Albufera

La paella, el plato más famoso de la cocina española, se originó como una sencilla comida para los jornaleros del campo en las huertas de las puertas de Valencia. Hoy, parte de los inmensos arrozales forman el Parque Natural de la Albufera, un ecosistema mediterráneo de 20.000 hectáreas de bosque, playas de dunas y un lago.
Alberga 250 especies de aves. Y en invierno, es lugar de descanso y nidificación de miles de flamencos, garzas y cormoranes, que pueden observarse durante una excursión en bicicleta de cuatro horas desde Valencia hasta El Saler. Allí le espera una playa de arena de 2.600 metros de longitud con el aroma de los pinos en su orilla.