En el siglo XIX, Bamberg albergaba 65 fábricas de cerveza, una posición destacada incluso para la región cervecera de Franconia. Hoy en día, sigue habiendo once cervecerías familiares, lo que convierte a la ciudad donde el Regnitz desemboca en el Meno en una meca para los amantes de la cerveza.

Especialmente el 23 de abril, Día de la Cerveza, peregrinan en masa al casco antiguo, que alberga el mayor centro histórico intacto de Alemania y, con sus innumerables monumentos, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Las celebraciones tienen lugar en la Maxplatz, donde las once cervecerías ofrecen sus cervezas para degustar: la Ungespundete, la Pils, la Kellerbier o Weissbier y, por supuesto, la famosa Rauchbier, una cerveza en la que la malta se seca sobre un fuego de leña abierto, lo que le confiere un sabor ahumado y especiado.