Durante tres días, unos 50.000 visitantes celebran la fiesta del vino en Meissen. Hay actuaciones en directo durante todo el día en más de 20 escenarios repartidos por las callejuelas y plazas del casco antiguo: Big bands y bandas de música, country y gospel, rock, pop y música house.
Pero también habrá música tranquila de órgano en la catedral de la ciudad, que invita a los visitantes a realizar visitas guiadas de media hora a la torre.

En el mercado, los viticultores de la región sirven sus Rieslings, Müller-Thurgau y Pinot Gris, pero los puestos de cerveza también forman parte de la cultura del festival; al fin y al cabo, la región cuenta con una tradición cervecera de más de 1000 años.

El punto culminante de la fiesta es el desfile del domingo, organizado por los viticultores, las empresas locales y las asociaciones participantes. El broche final lo ponen los fuegos artificiales sobre el Elba, introducidos por las carrozas de antorchas.