El castillo Stahleck y la capilla Werner. Una muralla transitable con 14 torres medievales y decenas de casas con entramado de madera: en el siglo XIX, el novelista francés Victor Hugo describió Bacharach como una de las ciudades más bellas del mundo.
Situada en el corazón del valle del Alto Rin Medio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2002, la ciudad siempre ha hechizado a románticos, escritores y viajeros.

Sobre todo en verano, cuando las tabernas de vino instalan mesas y sillas en la acera y se puede disfrutar de los vinos de la región del Medio Rin con un telón de fondo histórico.
Un buen momento para ello es el cuarto fin de semana de agosto, cuando la ciudad celebra su noche culinaria anual de verano.

Ocho bodegas de Bacharach ofrecen sus Rieslings "Wolfshöhle", "Steeger St. Jost" o "Kloster Fürstental" en la pradera del festival a orillas del Rin, mientras los hosteleros proporcionan la base necesaria con Spundekäs con pretzels o salchichas caseras del Medio Rin con mostaza Riesling y las actuaciones en directo de músicos amenizan la velada. El punto culminante: el gran espectáculo de fuegos artificiales frente al castillo de Engelsburg el sábado por la noche.